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Soy adolescente

¿Qué es el Programa de Juego responsable del IPLyC S.E.?

Logo Juego Responsable

El Instituto Provincial de Lotería y Casinos es una empresa del Estado provincial comprometida con su responsabilidad social y las buenas prácticas en los juegos de azar.

Por ello, en 2005 creó un área específica dedicada a la prevención del juego problema y el juego patológico, generados por el uso desmedido del juego de apuestas: el Programa de Juego Responsable, integrado por psicólogas especializadas en estas problemáticas.

Desde entonces, el programa de Juego Responsable trabaja en una serie de líneas de acción basadas en la promoción de un juego saludable, para prevenir el juego problema, realizando charlas de prevención de adicciones, talleres, concursos, capacitaciones e intervenciones urbanas dirigidas a toda la comunidad. Asimismo, se realizan acciones dirigidas a detectar en forma temprana el uso y abuso del juego de apuestas; a los fines de intervenir, por medio de la orientación, asesoramiento y la derivación a tratamiento.

Podemos iniciar una aproximación sobre algunos motivos sobre por qué se ha vuelto el juego de apuestas una alternativa de consumo para esta población.

En primer lugar, podemos referir la amplia oferta de sitios web de apuestas ilegales, y el constante bombardeo publicitario que realizan, sin establecer controles para evitar que los menores de edad  los utilicen.

En segundo lugar, la accesibilidad por parte de menores a dispositivos electrónicos es una cuestión clave. Sobre todo, cuando ese uso no va acompañado de la supervisión adulta para advertir sobre los múltiples peligros que pueden derivar de su mal uso y/o abuso: contenidos inadecuados, información distorsionada o falsa, o en este caso puntual, sitios de apuestas.

Sin lugar a dudas, la tecnología facilita muchas de nuestras tareas diarias, pero como toda herramienta compleja, es preciso aprender a utilizarla y conocer las consecuencias de sus diversos usos. Es por ello, que no es recomendable que los menores accedan a la tecnología sin control ni supervisión por parte de un adulto que acompañe en el buen uso y proteja de malos usos.

En tercer lugar, las billeteras virtuales aparecen como otro elemento clave para sostener esta actividad. Si bien estas últimas, son útiles para facilitarle dinero a los jóvenes para su día a día, también requiere de supervisión, no sólo para conocer en qué gastan el dinero, sino para hablar de responsabilidad financiera, y recomendar formas prudentes de usarlo.

En cuarto lugar, es innegable la influencia de una cultura global donde el consumo es un protagonista, y que va de la mano con la búsqueda constante de placer. Un hedonismo sobrevalorado, donde no hay mucho lugar para otro tipo de emociones o sentimientos de índole más displacentero, que lejos de molestar, son indispensables para informarnos de vivencias que requieren de nuestra atención, y son tan importantes como los momentos gustosos. A esto se agrega la hiperconectividad para no perderse de nada de lo que sucede dentro de las pantallas, principalmente, a través de las redes sociales donde no solo se informan sobre la vida de los demás, sino que comparten la suya a los fines de obtener interacciones que aseguren la aprobación del entorno. Hoy por hoy, los jóvenes no son ajenos a esta realidad, a la necesidad de consumir para obtener placer y compartir esto con su comunidad. No están haciendo nada diferente que la sociedad les muestra cotidianamente, que los adultos también hacemos. Entonces, consumen todo aquello que le asegura placer rápido: videojuegos, redes sociales, compras, apuestas.

En quinto lugar, la publicidad y los influencers. Sobre esto, Sanches Pardo (2017) plantea que la publicidad actúa como un agente de socialización al transmitir valores, creencias y pautas de comportamiento o ideas.

Desde la Lotería de Misiones trabajamos constantemente para no publicitar juegos de apuestas en sitios donde el público o la audiencia mayoritaria son menores de edad. Pero estas consideraciones no las tienen los sitios web de apuestas ilegales. Entonces, los jóvenes quedan expuestos a una publicidad, que como plantean varios autores (Cantero y Bertolín, 2015; García, 2016; Sanches Pardo, 2017; Sarabia, 2014) no sólo instaura modos o estilos de vida, sino que tiene una dimensión económica, puesto que uno de los motivos que hace tan atractivo el uso de apuestas en este grupo poblacional es la posibilidad de “ganar dinero fácil y rápido”, cuando en realidad el juego desde los canales legales jamás se promociona como una forma de ganar dinero seguro y rápido. Si, como una alternativa de entretenimiento que requiere de una práctica con conciencia y atención para que el mismo no se vuelva problema en la población mayor de 18 años.

Frente a esta situación, las loterías de las distintas provincias reunidas en ALEA (Asociación de Loterías Estatales de Argentina), participan en forma conjunta -a través de esa institución- en la implementación de un plan de lucha contra el juego ilegal online.

Una acción importante fue la celebración de un acta de compromiso con “META” (empresa propietaria de grandes redes sociales como Facebook, Instagram y WhatsApp), para denunciar y bloquear aquellos usuarios de Instagram/ Facebook que publiciten y capten apuestas para plataformas ilegales.

También se exige el bloqueo de las cuentas de los “influencers” que las publicitan, requiriendo como condición para recuperar su usuario, que informen lo contraproducente que es el juego ilegal y aclaren cómo identificar las páginas legales de juegos de azar.

La adolescencia es una etapa clave del desarrollo donde la persona experimenta grandes cambios físicos, sociales y psicológicos. Implica una transición importante entre la infancia y la adultez, donde hay un mayor ejercicio de su autonomía a los fines de desarrollar su identidad. Todo esto en medio de un contexto social-cultural en constante cambio.

Justamente por estar en esta instancia transicional, donde aún no se han completado procesos claves para su desarrollo y su identidad, es que se los considera una población vulnerable. Por lo que es vital acompañar desde espacios de diálogo con información clara, favoreciendo consumos saludables, dejando en claro límites que buscan proteger, enseñar. Y con esto último, se hace hincapié en favorecer espacios de comunicación, para interesarnos en sus vidas, sus gustos, sus ideas, no solo sus gastos.

Este es el canal que permite explicar e invitar a ser críticos de las realidades que vivimos, nuestras decisiones, conductas. Sin lugar a dudas, no es una tarea sencilla, porque, aunque ellos sean muy capaces e inteligentes, no quiere decir que estén listos para lidiar con todas las realidades de nuestra sociedad. Precisan de nuestra compañía y cuidados, en la niñez, y en esta etapa también.

Videos “Lic. en Psicología Rafa Guerrero”.

Al analizar la temática del juego de apuestas en menores de 18 años, es importante diferenciarlo de otras formas de juegos que son necesarias y sanas para el desarrollo. El juego desempeña varias funciones importantes en la vida de las personas, según sea la etapa del desarrollo y los contextos donde esté la persona.

En la infancia a través del juego, los niños desarrollan habilidades cognitivas, emocionales, sociales y físicas. Jugar les permite explorar el mundo, experimentar con diferentes roles, situaciones y adquirir conocimientos. Y en la adolescencia, el juego se mantiene como una función que acompaña el desarrollo, aunque en menor medida que en la niñez. Y continúa siendo un elemento importante en la adultez: El juego es un canal para conseguir placer, conectar con otras personas, con nosotros mismos, aprender, sorprendernos, etc.

Los juegos de azar son aquellos que dependen de la suerte, donde el jugador no controla el resultado, como, por ejemplo: maquinitas tragamonedas, bingo, dados, etc. (Garrido, Jaén y Domínguez, 2004). Se arriesga dinero o algo de valor a una actividad en la cual la posibilidad de ganar o perder es incierta e irreversible (Brizuela y Cía, 2008).

Aquellas personas que utilizan este tipo de juegos de forma ocasional, para entretenerse, compartir con allegados, controlando su manera de jugar, en relación al dinero y tiempo que usa en la actividad, son considerados jugadores recreativos. (Brizuela y Cía, 2008).

Ahora bien, cuando el usuario tiene una conducta de juego frecuente, con un gasto de dinero que excede sus posibilidades, pudiendo en ocasiones generar problemas (no graves), ya sea económicos, laborales y/o con sus vínculos, ya estaríamos refiriendo a un jugador problema. (Brizuela y Cía, 2008).

Por otro lado, un jugador patológico se caracteriza por tener una pérdida de control en su forma de jugar, donde suele estar presente pensamientos de optimismo desmedido (“seguro sale mi número”, “hoy recupero lo que perdí”) y creencias supersticiosas (uso de cábalas, acariciar las máquinas, creer que un sueño puede dictar los números ganadores). Debido al aumento de tiempo y dinero usado en la actividad, se generan graves problemas en la vida de la persona. (Brizuela y Cía, 2008).

El tiempo que toma, pasar de ser un jugador recreativo a ser uno problema puede ser muy corto. Todo dependerá de la frecuencia que se juegue. Hay testimonios de personas que en el lapso de dos años ya desarrollaron una adicción propiamente dicha, es decir, que de jugador recreativo (sin problemas) a jugador patológico (ya una adicción) le tomó 24 meses.

El juego de azar es una actividad de ocio agradable, un modo de entretenimiento, pero para algunos esta actividad puede ocasionar una serie de problemas. El juego patológico, en el DSM-5* (2014) es considerado una adicción comportamental, una enfermedad o trastorno adictivo, que provoca un deterioro o malestar clínicamente significativo y se manifiesta porque el individuo presenta cuatro (o más) de los siguientes criterios durante un periodo de 12 meses:

No implica ausencia de problema o gravedad leve, en los casos de coincidir en algunos o varios síntomas en un lapso de tiempo menor a 12 meses.

* Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition – En español: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición.

La principal diferencia entre las plataformas legales y las ilegales, es que estas últimas no restringen la oferta en protección de los menores de edad. Para identificar las plataformas autorizadas se puede observar en su dominio la terminación “.bet.ar”, lo que garantiza que son juegos online autorizados.

En las plataformas legales, los entes reguladores priorizan el cuidado al jugador, es por ello que se prohíbe el acceso a menores de edad, la identidad de los usuarios es verificada por el RENAPER (Registro Nacional de las Personas) para asegurarse que la persona que se registra sea quien dice ser. Además, los usuarios pueden acceder a información útil para mantener un juego saludable/responsable, consejos, autotest, línea de atención, acceso al historial de usuario; además de implementar medidas de autolimitación para que los jugadores elijan límites de dinero a apostar, a depositar, a perder, como también acceder a la autoexclusión como herramienta complementaría de ayuda para las personas que reconozcan que están teniendo problemas para controlar la actividad, y opten no jugar más y le sea denegado el ingreso a las plataformas de juego. Las páginas de juego ilegal carecen de este tipo de prevenciones.

Es importante destacar que el Código Penal de la Nación en el artículo 301 bis estipula que “será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años el que explotare, administrare, operare o de cualquier manera organizare, por sí o a través de terceros, cualquier modalidad o sistema de captación de juegos de azar sin contar con la autorización pertinente emanada de la autoridad jurisdiccional competente”.

Las plataformas ilegales generalmente utilizan la modalidad de captación de apuestas a través de los denominados “Cajeros Virtuales”. Esta figura del “cajero” suele ser ejercido por personas mayores como por menores de edad en ocasiones, recibiendo comisiones a cambio de las tareas que realizan, siendo la principal función, captar apuestas a través de redes sociales (Instagram, TikTok, Facebook, WhatsApp).

En algunos casos, son los cajeros quienes tienen a su cargo el pago de los premios, aunque usualmente se producen estafas no abonando los mismos premios, ya que por su carácter de ser ilícitos, los usuarios carecen de la posibilidad de efectuar reclamo alguno ante estos fraudes.

ENTONCES, TENÉ EN CUENTA QUE:

01

Si no termina en .bet.ar es ilegal.

02

Si te envían un link por WhatsApp para jugar o crear tu usuario, es ilegal.

03

Tu dinero y tus datos personales no están seguros.

Relato de COSCU, sobre su experiencia con las apuestas:.

El malestar actúa como una brújula para indicar que algo no está bien. Prestar atención al dolor, la ansiedad, el miedo, la vergüenza, etc., nos permite advertir que algo necesita de nuestra atención, algo no nos está haciendo bien, tanto afuera como adentro nuestro. Nuestras emociones dan avisos, nos informan sobre cómo estamos de acuerdo a lo que vamos viviendo, pensando. Y aunque no nos guste estar incómodos, la realidad es que no hay otra manera de enterarnos que algo no nos suma, algo no nos hace bien, o algo precisa un cambio. Pero para que ello tenga sentido, avance a un cambio, es preciso prestar atención. ¿Cómo? Dando lugar, validándolo, aceptando que esa emoción está ahí. Solo cuando aceptamos algo, podemos avanzar a entender ¿por qué siento esto? Y aquí entran los pensamientos, que ponen palabras a las sensaciones. A partir de allí, podemos entender por qué sentimos algo, por ejemplo: entiendo que este dolor es porque extraño a mi amiga que se mudó a otra ciudad; o bien cuestionar eso que siento, por ejemplo: entiendo que este dolor es porque extraño a mi amiga que se mudó a otra ciudad, más ya pasó 6 meses que se fue y no me abro a conocer nuevas personas, y no da que siga así, no me siento bien así.

Primero, registro lo que siento o pienso (lo que registre primero), aceptó que eso es mío y que está ahí (sea agradable o desagradable, todo es útil, porque habla de mí), busco entender por qué pienso o siento eso, con el fin de aceptarlo o bien cuestionarlo. El objetivo: conocerme y aceptarme en las fortalezas y en las debilidades, para tener más seguridad de mi mismo, de quien soy, que no soy, qué quiero ser.

Hacerse la pregunta: ¿qué me pasa? Es una oportunidad para identificar problemas e iniciar el proceso de resolución. Pero para resolver algo, primero debo verlo, aceptar que está ahí. Y la incomodidad o malestar, es la señal de alarma para que paremos y empecemos a averiguar que lo está generando y que se puede hacer con ello.

Cuestionar nuestras decisiones es una oportunidad para cambiar. Lo que antes te resultaba bien, que te hacía sentir bien, no tiene que ser así para siempre. Porque nuestras realidades cambian constantemente, el entorno y las personas que nos rodean. Preguntarse si tengo o no un problema, con algo que estoy haciendo o consumiendo, ayuda a prevenir problemas mayores. Porque no se trata de ser perfectos y no cometer errores nunca, se trata de entender que, en el camino de la exploración y la puesta en acción de nuestra persona, hacemos o vivimos cosas que no nos suman, que no nos hacen el bien que pensamos en un inicio. Y no se trata de echar culpas, sino de poner la energía en redireccionar el timón hacia donde nos sintamos mejor, siempre en respeto de los demás. Todos cometemos errores, y hasta el final de nuestros días será así, pero lo interesante es darse la oportunidad de aceptar ello, y buscar ser quien queremos ser, aceptando nuestras fortalezas y debilidades.

Si de apuestas se trata, antes de los 18 años no es una opción de diversión recomendable. ¿Por qué? porque es una actividad con características adictivas que implica uso de dinero para su ejercicio. Los juegos de azar usan un sistema llamado “recompensa variable intermitente”, que favorece procesos de repetición de conducta, porque el sujeto está expectante a recibir un premio o acierto, el cual es imprevisible pero intenso en su placer. Nos volvemos dependientes de sentir placer, rápido y en cualquier momento. Y esto hace difícil el tener momentos a solas con nuestros malestares, nuestros problemas, porque estamos anestesiando las señales de alarma de que “algo no anda bien”, con placer y placer que proviene de elementos tecnológicos como las pantallas, las apuestas, los videojuegos, las redes sociales, etc.

Video “Psiquiatra Marian Rojas Estapé”.

Entonces, si te encuentras usando estas actividades de juegos de apuestas realiza este autotest y conoce cómo te está afectando:

AUTOTEST

SELECCIONÁ LAS OPCIONES EN LA QUE TU RESPUESTA ES AFIRMATIVA

Tres o más respuestas afirmativas, podría indicar la presencia de un JUEGO PROBLEMA. A mayor número de respuestas afirmativas, se infiere mayor severidad del problema.

Es un sistema que se basa en repetir una conducta bajo la expectativa de que se dé el resultado buscado, el cual no es predecible, es decir, no sabemos cuándo se va a dar, por ejemplo: en los juego de apuestas/azar; en los videojuegos como el Fortnite, donde en el medio del juego aparecen de modo incierto cofres con premios que no se sabe si será el anhelado por el jugador o no; o el FIFA Ultimate Team, donde el juego ofrece cajas de premio/oportunidad, donde el usuario espera si será el jugador que a él le gusta o uno que no tiene tanta relevancia, además que muchas de estas opciones se dan si el jugador invierte más dinero en el juego.

Hace muchos años, el psicólogo Skinner, descubrió este sistema que fomenta cambios conductuales a través de experimentos con ratas, donde les presentaba la posibilidad de una recompensa (comida) a cambio de que realicen una conducta (tocar una palanca). En los experimentos, Skinner notó que si siempre recompensaba (darles la comida) a las ratas luego de que tocaran la palanca, en algún momento dejaban de tocarla, porque se sentían llenas. Entonces, probó recompensarlas o darles la comida, no siempre que tocaran la palanca, es decir, de manera aleatorio. Y es allí cuando vio que las ratas presionaban la palanca insistentemente, expectantes de que en algún momento caiga la comida, aunque a veces no se les daba más. Aun así, ellas seguían presionándola. 

En los juegos de azar o apuestas se reproduce este mecanismo, porque el jugador no puede saber cuándo saldrá el resultado buscado. Entonces, repite su conducta a la espera de obtener este premio o acierto. En las redes sociales también podemos verlo, porque los like o comentarios, llegan de manera aleatoria, y cuando llegan generan micro chispazos de dopamina, de placer. Todas estas actividades, apuestas, videojuegos, redes sociales generan mucha dopamina, de manera rápida y sin mucho esfuerzo, placer express, y de allí el por qué repetir una y otra vez la actividad. Aunque no sepa el usuario cuándo llegará la recompensa/placer, sabe que llegará si repite y repite su conducta.

Videos “Psiquiatra Marian Rojas Estapé”.

El juego de azar implica gastar dinero o algún bien de valor en una actividad de azar/suerte en la cual la posibilidad de ganar o perder es incierta. Entonces, no hay manera de garantizar que el dinero usado sea recuperado. Por tal motivo, los juegos de azar no se promocionan como una forma segura de ganar dinero, sino como una alternativa de entretenimiento, si es que este tipo de juegos son divertidos para el usuario (jamás menor de 18 años).

Si realmente el juego garantizara ingresos de dinero seguro ¿cómo crees que sería nuestra sociedad? ¿existiría el trabajo como lo conocemos hoy?

Ahora bien, ¿qué pasa cuando el jugador solo tiene en cuenta lo que gana y no lleva un registro de lo que pierde? Un premio eventual no significa una tendencia que se mantenga permanente en el tiempo. Sino, haz una lista de personas que conozcas que vivan bien, con buena calidad de vida, usando al juego de apuestas como forma de ganar dinero seguro.

Además, la forma en que se obtiene el dinero para jugar es importante, y puede ser un elemento de prevención para evitar problemas de consumo con las apuestas. Porque muchas veces, debido al esfuerzo y la cantidad de horas laborales que requiere reunir el dinero necesario para vivir, y sostener la calidad de vida de uno, es que se piensa dos veces antes de gastarlo y cómo hacerlo. Ahora bien, ¿pensemos qué sucede cuando el dinero no es producto del esfuerzo, o bien cuando gastarlo no afecta la calidad de vida de la persona, porque hay otros que pagan por dicho estilo de vida? ¿jugarían esas personas con cautela?

ENTONCES, ATENCIÓN CUANDO ESCUCHES O LEAS FRASES FALSAS COMO ESTAS:

“Cuando apostás ganas seguro”

“Con un solo premio recuperas lo perdido”

“Si seguís apostando recuperás lo perdido”

“Si se mucho sobre lo que apuesto, seguro gano”